PERSECUCIÓN DE SEVERO

 

 

 

Y como también Severo suscitara una persecución contra las iglesias, en todas partes se consumaron espléndidos martirios de los atletas de la religión, pero se multiplicaron especialmente en Alejandría. Los atletas de Dios fueron enviados allá, como al estadio más grande, desde Egipto y toda Tebaida, y por su firmísima paciencia en diversos tormentos y géneros de muerte, se ciñeron las coronas preparadas por Dios. Entre ellos se encontraba también Leónidas, llamado "el padre de Orígenes", que fue decapitado, y dejó a su hijo todavía muy joven. No estará de más describir brevemente con qué predilección por la palabra divina vivió el muchacho desde entonces, ya que es abundantísimo lo que de él se cuenta de célebre entre la gran mayoría.

 

Eusebio de Cesárea, Historia Eclesiástica, VI, 1, en: Cruz, N., "Relaciones Cristianismo-Imperio Romano. Siglos I, II, III", en: Revista de Historia Universal, nº 8, 1987, Santiago, pp. 118.