EL NUEVO GUSTO PLEBEYO EN EL SIGLO I d. C

 

(29) En efecto, a la izquierda según se entraba, no lejos de la garita del portero, un perro gigantesco, sujeto con una cadena, estaba pintado en la pared, y encima escrito con letras capitales

 

CUIDADO CON EL PERRO

 

Mis compañeros se desternillaban de la risa; yo, en cuanto recobré el aliento, no perdí la ocasión de seguir en detalle el muro entero. Había un mercado de esclavos pintado con sus letreros, y el propio Trimalción, con melenas, tenía un caduceo en la mano y bajo la guía de Minerva entraba en el pueblo. A continuación se representaba cómo había aprendido las cuentas, luego cómo había llegado a administrador; todos los pormenores los había figurado muy cuidadosamente con sus cartelas el minucioso pintor. Al final del pórtico (...) Mercurio se lo llevaba a un elevado sitial. A su lado estaban Fortuna, bien provista con el cuerno de la abundancia, y las tres Parcas hilando sus rocadas de oro (1).

 

(71)[Habla Trimalción]¿Qué me dices, amigo del alma? ¿Construyes mi panteón tal como te mandé? Te ruego encarecidamente que a los pies de mi estatua hagas pintar una perrita, y coronas de flores y oro perfumado, y todos los combates de Petraite, para tener la suerte por tu servicio de seguir vivo después de mi muerte. Aparte de esto, que tenga de frente cien pies, y doscientos de fondo. Y quiero que haya toda clase de frutales en torno a mis cenizas, y muchas, muchas viñas. Muy absurdo es que de vivos se tengan casas llenas de detalles, y no preocuparse de aquellas en las que habremos de habitar mucho más tiempo. Y por eso, antes de nada quiero que se ponga:

 

ESTE PANTEÓN NO PASARÁ A LOS HEREDEROS

 

Por otra parte me voy a cuidar de prevenir por testamento que no pueda recibir ultrajes una vez muerto. voy, en efecto, a dejar a uno de mis libertos encargado de mi sepulcro para que vigile que la gente no corra tras de mi panteón a hacer aguas mayores. Te pido también que pongas las naves que figuren en mi tumba marchando a todo trapo, y a mí en un estrado, sentado, vestido de pretexta, con cinco anillos de oro y distribuyendo de una escarcela monedas de oro a la gente; pues sabes que di un banquete y dos denarios por persona. Póngase también, si te parece, unos triclinios. Pondrás también a todos los de mi colegio pasándoselo bien. A la derecha colocarás una estatua de mi querida Fortunata con una paloma en la mano, y tirando de una perrilla atada con una correa; y a mi muchachillo, y muchas ánforas selladas, para que no se salga el vino, y esculpe una como tal que está rota, y sobre ella un esclavo llorando. Y en el centro un reloj, para que todo el que mire la hora, quiera o no quiera, lea mi nombre. En cuanto al epitafio, presta también atención a ver si éste te parece suficientemente a propósito:

 

AQUÍ DESCANSA

GAYO POMPEYO TRIMALCIÓN MECENATIANO

LE FUE OTORGADO EL SEVIRADO EN SU AUSENCIA

PUDO ESTAR EN TODAS LAS DECURIAS DE ROMA

MAS NO QUISO

PIADOSO VALEROSO LEAL

SALIÓ DE CASI LA NADA

DEJÓ TREINTA MILLONES DE SESTERCIOS

Y NUNCA OYÓ A UN FILÓSOFO

QUEDA EN PAZ

-Y TÚ TAMBIÉN (2).

 

 

(1) Petronio, Satiricón, Trad. de M. Díaz y Díaz, Ed. Orbis, 1982, Barcelona, p. 35.

(2) Petronio, Satiricón, Trad. de M. Díaz y Díaz, Ed. Orbis, 1982, Barcelona, p. 92-94.