BASINA, MADRE DE CLODOVEO, A CHILDERICO

 

 

Guardemos continencia: levántate y cuenta a tu sierva lo que veas en el patio de Palacio. Con efecto, habiéndose levantado, vio leones, unicornios, leopardos, juguetear saltando, y volvió a decírselo a su compañera. Vé y mira de nuevo, repuso ella, y luego instruye a tu sierva de lo que haya herido tu vista. Por segunda vez salió de su aposento y vio osos y lobos. Su tercera visión le ofreció el espectáculo de pequeños perros y una multitud de bichos abyectos. Entonces Basina le habló de esta manera: Todo cuanto acaban de ver tus ojos es la pura verdad. De nosotros nacerá un león seguramente; sus valerosos hijos están figurados en la visión que tuviste por los leopardos y por los unicornios. Con el tiempo ellos engendrarán a su vez lobos y osos valientes y voraces. Después, los últimos serán perros; y la turba de bestias mucho más pequeñas en que se acaban de fijar ahora tus ojos, indica bien a las claras a aquellos que han de maltratar al pueblo pérfidamente, y a quienes sus reyes no prestarán jamás ningún amparo ni patrocinio.

 

Gregorio de Tours, Ep., Script. Fr., II, 397, en: Cantú, C., Historia Universal, Trad. de A. Ferrer, Mellado Ed., Nueva Ed., 1848, vol. XIII, p. 28.